domingo, 14 de diciembre de 2008

Nerea, la perra que necesita un cambio de sexo

Con total indignación y manifiesto desagrado, elevamos nuestra enérgica protesta ante la publicación en cierto álbum de Internet de una ofensiva fotografía acompañada de un comentario más degradante aún. Dicha fotografía atenta contra las más elementales garantías constitucionales de la raza canina y lesiona el honor, a la vez que vulnera el derecho a la intimidad de un entrañable animal doméstico.

La imagen, tomada de manera alevosa, recoge un instante de efusión amorosa entre dos inocentes perros, con el agravante de que dichos animales se encontraban en su propio hábitat y cumpliendo ejemplarmente con su deber, esto es, en el ejercicio de la guardia y custodia de la finca propiedad de sus amos, los señores López Naranjo.

En efecto, el día 15 de noviembre del presente año, un grupo de la más baja estofa terronera, baste decir que alguno de ellos ignoraba que los caquis nacen en los árboles, invadió la propiedad molestando y haciendo, con ánimo morboso, objeto de mofa y escarnio las prácticas amorosas de los simpáticos animales. Formando parte de semejante grupo se encontraba el mencionado fotógrafo que, no contento con invadir el territorio marcado por los perros, se atrevió, cámara en mano, a violentar su intimidad y a publicar su trabajo no sabemos con qué espurias y oscuras intenciones. Sin embargo, lo más grave de este desgraciado asunto es el comentario escandalosamente machista y reaccionario que acompaña a la imagen, “Nerea [sic.], la perra que necesita un cambio de sexo”. En primer lugar, se echa de menos la falta de rigor profesional del autor de la fotografía, que no se ha tomado la molestia de documentarse y comprobar sus fuentes de información. La perra, Señor Friolera, no se llama Nerea, sino Nea, que es diminutivo de Atenea, la diosa griega de la inteligencia y, en segundo término, ¿quién le ha dicho a usted, señor fotógrafo, que la perra necesita un cambio de sexo?, ¿qué razonamientos le conducen a usted a tan aberrante conclusión?, ¿acaso la actitud activa y poco convencional del animal?

La perra no precisa cambio alguno. Nea es un ser libre, un animal de hoy que reivindica una forma diferente de practicar el sexo. Un prototipo del animal del siglo XXI que no se aviene a seguir los roles sociales y los cánones genéticos que desde tiempo inmemorial constriñen y coartan expresión desinhibida de las féminas de toda especie. Nea pone en solfa toda la teoría socio-sexual reaccionaria, según la cual la mujer, y la perra también, debe estar sometida al varón, o al perro en su caso, y ocupar una posición inferior y subordinada en la sociedad y en el lecho. Nea, con su actitud valiente, se ha revelado contra la norma y reclama para sí y para todas nosotras el derecho a decidir y a actuar de manera diferente, demostrando que tanto la tradición como la genética o estaban equivocadas o difundían ideas falsas de manera interesada y con malísimas intenciones.

Nea se nos muestra como un ejemplar moderno, expresión del can que alumbra el nuevo milenio. Mestiza de boxer y presa canaria, aborrece los prejuicios, no sólo sexuales, reivindicando su particular visión del Ars amandi, sino también los racistas y los lingüísticos, pues domina los códigos de ladridos de una y otra raza con plena competencia comunicativa.

Por todo ello, aunque reconocemos la indudable capacidad técnica y artística del fotógrafo, digna de mejor causa, manifestamos nuestra más absoluta repulsa ante la publicación de la imagen y el comentario, rompemos una lanza a favor de nuestra querida perra y le manifestamos nuestro apoyo ladrando al unísono: “Que nadie te diga cómo. Si eres dueña de tu sexualidad, eres dueña de tu futuro”.

(ARHER) Asociación revolucionaria de hembras radicales
Campanilla y 100.000 firmas más.

martes, 2 de diciembre de 2008


¡Qué bonito es el amor...!