Con el corazón en un puño por tanto amor recibido, pero también con el monedero esquilmado por las múltiples suscripciones a Revistalia, llegó la hora de decir adiós a Las Pajanosas.
Se había cerrado la noche y el destino engañoso se reía mientras la carretera elegía a sus víctimas.
Ella: Rumbo a Málaga, mi amor.
Él: Sí, pero no me lo toques
Ella: ¿Qué no quieres que te toque, amor?, ¿Qué es lo?, ¿Cuál es el complemento directo?
Él: El GPL y no me hagas preguntas capciosas. Antonio Martínez me ha explicado cómo salir.
Ella: ¿De dónde?
Se espesa el silencio, se cierne la noche sobre el camino. Miradas atentas, sentidos en alerta.
Él: Ahora llegaremos a una rotonda, entonces debemos girar a la izquierda y ya estamos en la autovía.
Ella: …muy fácil, pero no corras que hay que ir pendientes de las señales.
Él: No hay señales.
Ella: Por si acaso.
Él: Ahí, ahí está la rotonda, ahora giramos…
Ella: Creo que era a la izquierda.
Él: Era la segunda
Ella: Era a la izquierda
Silencio y noche y noche y niebla
Él: Vamos a seguir
Ella: Me parece que no por aquí no es y ahora no hay nadie a quien preguntar.
Él: Mejor, más vale no preguntar si no quieres que te mientan
Ella: Pero tampoco puedo llamar para que nos rescaten.
Él: No llames, van a pensar que somos tontos
Ella: Lo somos.
Silencio que se puede cortar con una navaja
Él: No hay indicaciones
Ella: Para qué las quieres si luego te las pasas por
Silencio y mirada criminal
Él: Allí, a la izquierda, se ven luces de faros deben de ser de la autovía
Ella: Si, de la autovía que debimos coger nosotros. Esto es carretera secundaria que nos lleva a Extremadura
Él: No sé
Ella: Yo si sé
Ella: Te lo dije. Yo le meto la dirección a ver qué dice
Él: Sí, a ver, a ver qué dice.
GPL con voz femenina: Gire a la izquierda cuando sea posible.
GPL con voz femenina: Gire a la izquierda cuando sea posible.
Nunca habían soñado pasar una noche de amor en El Ronquillo, pero cada vez estaban más cerca, del Ronquillo.
GPL con voz femenina: Gire a la izquierda cuando sea posible.
Él: Apágalo
Ella: Da la vuelta
GPL: con voz femenina: Gire a la izquierda cuando sea posible.
Él: Apágalo o por lo menos cámbiale la voz. Esa tía no tiene ni idea.
Ella: Da la vuelta
Él: Aquí no se puede
Ella: Sí se puede, ya lo creo que se puede. En ese camino de tierra… ya te lo has vuelto a pasar... Él: No se puede, no se ve si vienen coches por la derecha
Ella: ¿Coches? ¿Qué coches? ¿Cuántos coches has visto tú, si aquí no pasa ni Dios?
GPL: con voz masculina: Gire a la izquierda cuando sea posible.
Él: Dile que se calle
Ella: ¡Cállate!
Él: Quiero decir que lo apagues
Ella: Nunca habíamos estado aquí, amor.
Él: No.
Lo que pasó en El Ronquillo es un final abierto al estilo de Gianni Rodari que el avispado lector es libre de imaginar entre estas y otras posibilidades:
- Un episodio de violencia de género.
- Una noche de reconciliación apasionada.
- El capítulo final de una novela de terror…
Ustedes mismos.
FIN
1 comentario:
acabo dde leer tu relato y aun estoy riendome.
Como me hubiera gustado ser el amigo del asiento trasero...
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