domingo, 22 de noviembre de 2009

En la noche malagueña,
cerca ya de la partida,
entre besos y quebrantos
que anuncian la despedida,
un hombre sale corriendo
ante el asombro de todos
y sus amigos lo llaman
¡Vuelve, Juanma; vuelve, Moro!
Por no entrar al mingitorio
en casa de un buen amigo
meó contra las adelfas,
bien entendéis lo que os digo…
La adelfa multicolor,
tan dañina como bella,
florece entre las medianas
partiendo las carreteras.
Hincha todo cuanto toca
¡maldita flor venenosa!
si a mí me hincha las manos
¿qué no hará con otras cosas?
Rodillas, pies y otro miembro,
que por decoro me callo,
nariz y ese otro órgano,
que no nombro por recato.
Díganos la amante esposa
la propiedad de esas flores,
los efectos de la adelfa,
la de los bellos colores.
Y exclama la esposa amante:
"¡adelfa de la mediana,
quién te pudiera tener
en la terraza sembrada!".

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