lunes, 20 de abril de 2009

Esperando que sea del agrado de todos los lectores, especialmente de nuestra amada Jefa que con tanta maestría ha narrado nuestra estancia en Las Pajanosas, ofrecemos hoy El regreso a Málaga… por el Ronquillo.

Con el corazón en un puño por tanto amor recibido, pero también con el monedero esquilmado por las múltiples suscripciones a Revistalia, llegó la hora de decir adiós a Las Pajanosas.
Se había cerrado la noche y el destino engañoso se reía mientras la carretera elegía a sus víctimas.



Ella: Rumbo a Málaga, mi amor.
Él: Sí, pero no me lo toques
Ella: ¿Qué no quieres que te toque, amor?, ¿Qué es lo?, ¿Cuál es el complemento directo?
Él: El GPL y no me hagas preguntas capciosas. Antonio Martínez me ha explicado cómo salir.
Ella: ¿De dónde?

Se espesa el silencio, se cierne la noche sobre el camino. Miradas atentas, sentidos en alerta.

Él: Ahora llegaremos a una rotonda, entonces debemos girar a la izquierda y ya estamos en la autovía.
Ella: …muy fácil, pero no corras que hay que ir pendientes de las señales.
Él: No hay señales.
Ella: Por si acaso.
Él: Ahí, ahí está la rotonda, ahora giramos…




Ella: Creo que era a la izquierda.
Él: Era la segunda
Ella: Era a la izquierda

Silencio y noche y noche y niebla
Él: Vamos a seguir
Ella: Me parece que no por aquí no es y ahora no hay nadie a quien preguntar.
Él: Mejor, más vale no preguntar si no quieres que te mientan
Ella: Pero tampoco puedo llamar para que nos rescaten.
Él: No llames, van a pensar que somos tontos
Ella: Lo somos.

Silencio que se puede cortar con una navaja

Él: No hay indicaciones



Ella: Para qué las quieres si luego te las pasas por

Silencio y mirada criminal

Él: Allí, a la izquierda, se ven luces de faros deben de ser de la autovía
Ella: Si, de la autovía que debimos coger nosotros. Esto es carretera secundaria que nos lleva a Extremadura
Él: No sé
Ella: Yo si sé




Ella: Te lo dije. Yo le meto la dirección a ver qué dice
Él: Sí, a ver, a ver qué dice.
GPL con voz femenina: Gire a la izquierda cuando sea posible.
GPL con voz femenina: Gire a la izquierda cuando sea posible.

Nunca habían soñado pasar una noche de amor en El Ronquillo, pero cada vez estaban más cerca, del Ronquillo.

GPL con voz femenina: Gire a la izquierda cuando sea posible.
Él: Apágalo
Ella: Da la vuelta
GPL: con voz femenina: Gire a la izquierda cuando sea posible.
Él: Apágalo o por lo menos cámbiale la voz. Esa tía no tiene ni idea.
Ella: Da la vuelta
Él: Aquí no se puede
Ella: Sí se puede, ya lo creo que se puede. En ese camino de tierra… ya te lo has vuelto a pasar... Él: No se puede, no se ve si vienen coches por la derecha
Ella: ¿Coches? ¿Qué coches? ¿Cuántos coches has visto tú, si aquí no pasa ni Dios?


GPL: con voz masculina: Gire a la izquierda cuando sea posible.
Él: Dile que se calle
Ella: ¡Cállate!
Él: Quiero decir que lo apagues



Ella: Nunca habíamos estado aquí, amor.
Él: No.

Lo que pasó en El Ronquillo es un final abierto al estilo de Gianni Rodari que el avispado lector es libre de imaginar entre estas y otras posibilidades:

- Un episodio de violencia de género.
- Una noche de reconciliación apasionada.
- El capítulo final de una novela de terror…

Ustedes mismos.

FIN

1 comentario:

josefo dijo...

acabo dde leer tu relato y aun estoy riendome.
Como me hubiera gustado ser el amigo del asiento trasero...